Gana lo que tiene que ganar 02/05/2016
Todos los lunes Damián Lluvero será la voz del hincha en Ciclón de Boedo. Una opinión entre el amor y lo racional.
Por: Damián Lluvero
Movimiento de danza de Belluschi para servirle a Blandi ese grito frenético de gol que retumbó en todos los livings sanlorencistas del mundo. Explotan las gargantas y atrás quedan las chicanas de la dirigencia de independiente para con san Lorenzo y los arbitrajes; atrás queda la imagen melancólica de Mercier viendo los partidos desde la tribuna; atrás queda la injusta racha negativa de empates y derrotas.
San Lorenzo vuelve a acentuar sus pasos en la búsqueda de reinventarse y dejar atrás ese duro traspié de la eliminación temprana en la copa. El equipo parece haber abandonado la adolescencia, de la mano de un tutor que volvió para estampar su vigencia. Juan Ignacio Mercier pareció emerger de las sombras, y ya recuperado físicamente le devolvió el equilibrio al equipo. Los jugadores importantes son esos que hacen jugar bien a los compañeros, y eso fue lo que se empezó a conseguir. Mercier potenció a los dos centrales, hizo que Angeleri se pusiera al tono de Caruzzo; le devolvió el equilibrio a un Ortigoza que tenía algunos baches cuando se veía superado en mitad de cancha. El Pichi con sus ya conocidos relevos y anticipos le regaló aire a un ciclón que venía ahogado.
Aún con la participación entre regular y mala de nuestros dos marcadores de punta, San Lorenzo doblegó a un Independiente que tiene grandísimos delanteros y que tenía una gran urgencia de ganar ese partido como local. El equipo buscó en los archivos pasados y retomó ese temple de saber replegarse en los momentos en que lo necesita, tema no menor, que habla bien de un técnico que dejó de lado ideales tácticos, para modificarlos en función del bien del equipo.
Con tanto potencial de jugadores, un técnico apasionado que sabe de fútbol y una dirigencia que oficie de mediadora entre los egos normales que existen en esta comunión, nada puede salir mal, a corto, mediano o largo plazo. Habrá que hacer explotar el Nuevo Gasómetro contra River, para darle una nueva cuota de confianza a esa idea que ya recorre el aire, esa idea que dice que este nuevo San Lorenzo empieza a ganar los partidos que tiene ganar.