Roban y roban 06/02/2018
La verguenza arbitral que vimos el domingo favoreciendo a Boca ante el Ciclón, no fue la primera ni será la última.
Por: Aldo Gaibuz
"Domingo 23 de Junio de 1991, cuando en el José Amalfitani, él pésimo y lamentable arbitraje de Juan Carlos Loustau, nos privaba de un cómodo triunfo ante Boca", señaló alguna vez Adolfo Res.
El historiador continuó reseñando: "Aquella tarde en la que descaradamente le arrebataba la victoria a San Lorenzo tras anularnos dos goles legítimos, uno al “Totó” García y otro a Montenegro declaraba en forma vergonzosa que estaba cerca de las jugadas".
Y así fue. Este cronista, con 24 años en ese momento, aún tiene la imagen de jugadores de Boca Juniors cargando a los hinchas que nos encontrábamos en las tribunas velezanas. Impotencia y dolor ante semejante "afano".
Loustau era uno de los mejores árbitros del torneo y hasta fue premiado con un Mundial, pero en general sus actuaciones dirigiendo a San Lorenzo fueron nefastas.
Al otro día, aparecía en el principal diario deportivo justificando sus gravísimos errores, aduciendo que estaba muy cerca de las jugadas.
Pasaron 27 años y aún no se pudo determinar que vio el juez para no convalidar los dos goles lícitos de San Lorenzo. Es evidente que pasan los años y la impunidad de los poderosos, sigue firme.